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Insuficiente 3% presupuesto para fortalecer participación política de mujeres: PES

Un hombre participa en política es un ciudadano responsable; una mujer, irresponsable que “desatiende hijos, marido y hogar”

Encuentro Social Mujeres presentó a la investigación “Avances y retos para garantizar la participación Social y Política de las mujeres donde se analizan los prejuicios que han detenido y ampliado las brechas de desigualdad de género.

La brecha provocada por la desigualdad política entre hombres y mujeres polarizó los roles y estereotipos que definen masculino y femenino, estigmatización de lo propiamente femenino, explica el estudio que puede consultarse de manera íntegra aquí.

Las autoras afirman que se subestima las capacidades de las mujeres partiendo de una supuesta debilidad, un prejuicio que se ha perpetuado y transmitido institucionalmente a través de la familia, la escuela, el mercado laboral y la política. La consecuencia de esta estructura, afirmó el estudio es que han enseñado a los hombres a actuar y reaccionar hacia afuera, apropiándose las tareas de producción y la calidad de dueños tanto en el espacio privado, como jefes de familia, como en el público, participando en los múltiples ámbitos de la vida política; las mujeres por su parte, han quedado en una posición de subordinación.

La participación política a las mujeres, enfatiza el estudio, le ha significado un doble desgaste, pues su participación no se trasforma en una reorganización del hogar y la familia sino que surgen reclamos de los hombres por la inversión de demasiadas horas en sus actividades políticas, reprochándoles el descuido hacia los hijos.

Se piensa que la participación pública de las mujeres se traduce en un bajo rendimiento escolar, mala educación y salud de sus hijas e hijos; en ocasiones puede llegar hasta la ruptura de la relación conyugal por celos infundados u omisiones en las tareas domésticas.

Todos estos conflictos, muy lejos de fortalecer a las mujeres y acrecentar su trayectoria política, las vulnera, terminan por ceder a los chantajes de su pareja sentimental, al punto de que la apartan de su futuro político, todo esto al interior del hogar.

Por todo lo anterior, el reducir las brechas de desigualdad requiere un cambio de paradigmas y prejuicios que permitan escenarios de mayor equidad para la participación pública de las mujeres, de una manera libre y solidaria de sus círculos significativos para reducir por lo cual presentaron la agenda de mujeres que plantea acción.



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