Opinión

Fiestas, ¿motivo de celebración o consumismo?

La idea de que el consumismo equivale a la felicidad causa una necesidad imaginaria en el público consumidor

Durante estas últimas fiestas, las tiendas se encuentra más llenas que en cualquier otra época del año, esto se debe a la responsabilidad de comprar mucha comida, numeroso y caros regalos, decoración que probablemente sólo usaremos una vez y ropa para la ocasión. En otras palabras: el consumismo.

El consumismo se encuentra en las compras o acumulación de bienes no necesarios. Además afecta la estabilidad de las personas, ya que las compras pueden volverse una adicción. Por otro lado, impacta en el medio ambiente al aumentar el nivel de basura y producción, y altera la economía. 

¿Cuáles son las causas?

Existen varias, pero la más grande influencia para el consumismo es, sin duda, la publicidad. Los eslogan y la idea de que el consumismo es equivalente a la felicidad causan una necesidad imaginaria en el público consumidor. Un ejemplo son los famosos «productos milagro», los cuales nos prometen mejorar nuestra salud mientras lo sigamos consumiendo por un tiempo indefinido. O inclusive la ropa de marca. Muchas personas caen en la mercadotecnia hasta tales límites que prefieren comprar ropa de una marca en exclusivo, aunque ésta no sea de la mejor calidad y presente un mayor precio. 

También afecta la presión social y las ideas de la mercadotecnia. Por ejemplo, creemos que en Navidad o en San Valentín hay que dar un regalo. Muchas veces estos obsequios son dados más por compromiso que por gusto. De esta forma se generan compradores al instante.

Otro factor más reciente es la baja calidad de los productos, la cual sigue descendiendo constantemente. Por ejemplo, antes si un teléfono celular se caía al suelo no había riesgo de que se quebrara, ahora es necesario protegerlos con fundas para evitar que se quiebren. Todos los productos son desechables hoy más que nunca. 

¿Cómo reducirlo?

La solución está en la simple acción de tomar conciencia antes de comprar cualquier producto. Preguntarnos si lo necesitamos y si le daremos uso es un buen método para realizar una compra inteligente. También se aconseja reutilizar o consumir productos de segunda mano para reducir la huella ecológica.

Las consecuencias positivas

Es verdad que el consumismo, como la mayoría de las situaciones, tiene su lado positivo. Este moviliza la economía y el comercio, por lo tanto, existe una mayor demanda de producción y crea más empleos. Además, gracias la movimiento económico, se crean más y nuevos productos, los cuales pueden resultar útiles para diversas actividades como hacer ejercicio, trabajar, cuidado del cuerpo, entretenimiento y ocio.

En conclusión, el consumismo puede ser bueno mientras las compras no se conviertan en una adicción o se produzcan fuertes gastos necesarios que desequilibren la economía individual o familiar. También es importante cuidar nuestro medio ambiente y buscar reducir nuestro índice de producción de basura.



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