Cultura

Cuando conocí a Choi; no hablar un mismo idioma no impide la comunicación

Intercambio de culturas a través de señas y palabras claves, la comunicación de jóvenes coreanos con jóvenes chihuahuenses

Como integrante del Consejo Estatal de la Juventud de Chihuahua me gustaría hablarles un poco de mi experiencia durante el encuentro de integrantes del consejo con jóvenes provenientes de Corea del Sur, pues de las 12 personas visitantes solamente uno hablaba español y fue el elegido para llevar a cabo la traducción del encuentro, sin embargo, ya en la convivencia las cosas cambiaron.

Convivencia entre jóvenes coreanos y chihuahuenses

En lo particular yo hablo una lengua indígena, el chatino además de español, por lo que me fue difícil iniciar la comunicación pero no imposible, pues al final de cuentas teníamos una ventaja a la mano la tecnología, entonces empezamos a usar la aplicación de traductor y usar las palabras claves para poder establecer un diálogo.

Bastaron señas y gestos para interpretar o adivinar lo que estábamos queriendo decir, preguntar nuestros gustos y preguntar que tanto sabíamos de las culturas del otro, en el caso de Choi, una de las integrantes de la delegación expresó que le encantaba la película Coco, la cual habla particularmente de una de las tradiciones más importantes en México. Así mismo ella preguntó a algunas compañeras y compañeros si les gustaba el K-Pop.

En el salón 12 de octubre del palacio municipal de Chihuahua, consejeros del juventud acompañados de la delegación coreana, cantaron a coro el corrido de Chihuahua en la versión del cantante vernáculo mexicano, Antonio Aguilar.

Así mismo se hicieron breves demostraciones de bailes tradicionales de México; el ver dos culturas que viven la vida de tan distinta manera, reunidos en un solo lugar genera una emoción muy grande, pues la convivencia es cordial en todo momento y la admiración es de ambas partes.

El esfuerzo que se hace para establecer una comunicación a pesar de la barrera del idioma hizo la reunión más amena, porque no se necesitó más para convivir, las y los jóvenes de Corea del Sur llegaron muy interesados en conocer la cultura chihuahuense y sus jóvenes por lo que no hubo más problemas.

Las demostraciones de Taekwondo o el juego que realizaron la delegación coreana para romper el hielo funcionaron, pues hubo risas y complicidad entre todos, hubo un intercambio de comida, mientras las y los coreanos regalaron galletas típicas. A la hora de la comida les tocó probar las cosas típicas en Chihuahua como la carne, guacamole, nopales, frijoles y enchiladas. Sin duda el guacamole fue un gran anfitrión pues es un sabor de su agrado.

Con este encuentro se puede aprender que no existen limitaciones para conocer a otras personas, sólo hace faltan ganas y que en todo momento debe de existir el respeto hacia lo que son y a sus creencias, pues es lo que nos permite establecer un diálogo y permite tener un panorama más amplio.



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