
Los TEA comienzan en la infancia y tienden a persistir hasta la adolescencia y la edad adulta
Este 2 de abril se conmemora el Día Internacional de Concienciación sobre el Autismo, por lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó algunos datos sobre este trastorno, para contribuir a la difusión de información sin prejuicios o mitos del autismo.
Lo que comúnmente conocemos como autismo en realidad son los Trastornos del Espectro Autista (TEA), que son un grupo de complejos trastornos del desarrollo cerebral. Este término genérico abarca afecciones tales como el autismo, el trastorno desintegrador infantil y el síndrome de Asperger. Estos trastornos se caracterizan por dificultades en la comunicación y la interacción social, y por un repertorio de intereses y actividades restringidos y repetitivos.

Detectar un TEA es difícil durante los primeros 12 meses de vida, pero generalmente es posible establecer un diagnóstico antes de que el niño cumpla los dos años. Son signos tempranos característicos el retraso en el desarrollo de las aptitudes lingüísticas y sociales, o su involución temporal, así como la aparición de determinadas conductas estereotipadas y repetitivas. Algunos ejemplos de estas conductas es quedarse tiempos prolongados alineando u ordenando objetos o mirando cosas que giran.
La evidencia científica disponible parece indicar que existen diversos factores causales, tanto genéticos como ambientales, que contribuyen a la aparición de trastornos del espectro autista, influyendo en las primeras fases de desarrollo del cerebro.
Un mito muy frecuente sobre el autismo es que se dice que es causado por las vacunas. Sin embargo, los datos epidemiológicos disponibles demuestran de forma concluyente que no hay pruebas de una relación causal entre los TEA y la vacuna contra el sarampión, la parotiditis y la rubéola, según la OMS. Tampoco hay prueba alguna de que otras vacunas infantiles puedan aumentar el riesgo de TEA.
Las personas con autismo sufren estigmatización: OMS
La Asamblea General de las Naciones Unidas, declaró el 2 de abril como Día Mundial de la Concienciación sobre el Autismo, para ayudar a mejorar la calidad de vida de quienes tienen este padecimiento, pues la desinformación que hay sobre este trastorno y la falta de empatía social hace que tengan un proceso de inclusión más difícil.
El trastorno del espectro autista puede limitar de manera significativa la capacidad de una persona para sus actividades diarias y su participación en la sociedad. A menudo influyen negativamente en los logros educativos y sociales y en las oportunidades de empleo. Muchas veces los TEA suponen una carga emocional y económica para las personas que los padecen y para sus familiares.
El cuidado de casos graves puede ser exigente, especialmente allí donde el acceso a los servicios y apoyo son inadecuados, se explicó en el el documento de la OMS: «Trastornos del espectro autista».
A su vez las personas con autismo sufren a menudo estigmatización y discriminación, en particular privaciones injustas en materia de salud, educación y oportunidades para participar en sus comunidades.
Al igual que el resto de individuos, las personas con TEA necesitan servicios de salud accesibles para sus necesidades sanitarias generales, en particular servicios de promoción, prevención y tratamiento de enfermedades agudas y crónicas.
Sin embargo, en comparación con el resto de la población, las personas con TEA tienen más necesidades sanitarias desatendidas y son también más vulnerables en caso de emergencia humanitaria.Un obstáculo frecuente radica en los conocimientos insuficientes y las ideas equivocadas que tienen los profesionales sanitarios sobre los trastorno del espectro autista.
Las intervenciones dirigidas a las personas con TEA y otros trastornos del desarrollo deben acompañarse de medidas más generales que hagan que sus entornos físicos, sociales y actitudinales sean más accesibles, inclusivos y compasivos.