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Gobernanza y Ch’abajel «Paz interior en la sierra Tarahumara»

“La innovación es regresar a las prácticas de nuestros ancestros.”

 

Entre gigantes pinos danzantes, donde reinó el Cha’bajel (palabra en lengua tzotzil, que significa paz interior), se llevó a cabo el taller de gobernanza ambiental, impartido por Arturo Arreola. Dicho evento se realizó en tres cedes, comenzando los días 29 y 30 de abril en la ciudad de Chihuahua, 2 y 3 de mayo en la localidad de Creel, dando cierre el 5 y el 6 en el municipio de Guachochi, Chih.

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Gobernanza es la capacidad de tomar acuerdos en una comunidad, desde un análisis detallado de sus necesidades y con lo que cuentan en su entorno: es potencializar lo que poseen sin llegar a la explotación exterminadora; sino que este tenga un efecto contrario, la creación de la armonía y equilibrio entre el ser humano y el resto de los seres vivos que los rodea.

Gobernanza y gobernabilidad, aunque son términos parecidos guardan profundas diferencias. Gobernanza ambiental plantea la disposición a la comunicación de quienes conforman una comunidad, para lograr acuerdos que los lleve al desarrollo, que cubra sus necesidades y un poco más, es decir, que el resultado sea la tranquilidad y el buen vivir de todos sus habitantes.

La gobernabilidad en cambio, trata de las acciones que debe de efectuar un gobierno o quien ocupa un puesto en la presidencia para el bien de sus administrados, impulsando el desarrollo para todos. Al paso de los años gobierno y sociedad han sido una combinación problemática; pero si los que gobiernan voltearan a ver las necesidades reales alrededor, de la misma forma detectar los puntos potenciales que existen en los territorios que administran y establecer una buena comunicación con quienes lo habitan, tal vez sea posible el logro de la sustentabilidad de las comunidades. Para que se logre la gobernanza no hay espacio a los intereses individuales.

Asistentes del taller "Gobernanza ambiental"
Asistentes del taller «Gobernanza ambiental»

En dicho taller se habló de cómo algunos pueblos han manejado la gobernanza ambiental y de qué forma les ha beneficiado para el desarrollo; en la educación, salud, economía y la conservación de su entorno,

Un claro ejemplo es la Reserva Ecoturística de Guacamayas, un pueblo de Chiapas, que se sitúan dentro de la Selva Lacandona, quienes han aprovechado los que otros anteriormente destruyeron para conseguir dinero y con ello destruir los bosques, casas de floras y faunas. Aparte de aprovechar el ecosistema que les fue heredado por sus ancestros ellos lo han conservado y duplicado, creando así un centro ecoturístico, donde se encargan principalmente de la reserva de la guacamaya, esto es una manera muy inteligente de aprovechamiento de la flora y fauna que les rodea, de tal manera han logrado que sea un fuente inagotable de empleo y por tanto de ingresos económicos. Lo cual conlleva a desarrollo y calidad de vida para sus habitantes.

Esto muestra que arrasar con la naturaleza, es una de las formas menos  eficientes de cubrir las necesidades, tal vez resulte en los primeros años; pero cuando estos recursos terminen ¿de qué vivirán? Pasa lo contrario cuando se hace todo lo posible para preservarlo, se crean nuevos sistemas de  aprovechamiento de ella pero sin afectarla.

El buen vivir o como los tzotziles consideran lekil kuxleja es cubrir todas las necesidades viviendo en armonía con lo que nos rodea. Los Ralamuli lo llaman janira epera, cuando los pinos siguen danzando. Cuando esto sucede quiere decir que lo demás sigue en función, vamos por un buen camino, y que el respeto a lo que hace posible nuestros días aquí sigue vigente.



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