
La guerra y la paz, una situación que incluye a ciudadanía y autoridades, tarea nada fácil, pues resulta ser más complicado que sólo respetar
Cuando se ha mencionada que la vida no es de blanco y negro, es tan cierto, y es por eso que la paz no es algo que se logra de la noche a la mañana. Para conseguirlo rápido se requiere de disciplina, participación de todos los actores, ciudadanía, gobiernos, organizaciones, pero al faltar una de las voluntades se inicia al caos y puede derivar la guerra.

El camino hacia la paz nunca es una línea recta, es más complicado de lo que parece. No solamente implica respeto hacia el otro, sino que tiene que ver con la conciencia, creencias y costumbres de las personas. También va enfocado a qué tanto nosotras y nosotros respaldamos una acción incorrecta.
Pongamos el caso de México, al ser un país donde se mencionan teorías de conspiración y se cree en ellas a tal grado de sumergirse y crear caos. En el punto que se comienza a cambiar y el cambio hay un poco de lagunas donde el caos se puede volver guerra, el camino a la paz entonces se vuelve difícil a tal grado de no querer mejorar por comodidad.
De acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española, una de las acepciones es la relación de armonía entre las personas, sin enfrentamiento ni conflicto, mientras que estos dos últimos son ingredientes de la guerra. Ahora volvamos al escenario del país mientras se realiza la “Cuarta Transformación”, independientemente de las autoridades, como sociedad qué tan dispuestas estamos en mejorar nuestro entorno, ¿nos sumaremos al saqueo cuando se presente la oportunidad o ayudaremos sin importar nuestras circunstancias?
Es cierto que existe una gran responsabilidad del Gobierno para mejorar la calidad de vida de sus gobernados, pero estos también deben realizar la otra parte del trabajo, es decir, no sumarse a la problemática, sino a la solución, enfriar los conflictos y no aprovecharlos como catarsis para luego empeorar la situación en la que ya se vive. Si hay acciones para erradicar la corrupción, ¿por qué iniciar una guerra?, y volvemos conque alcanzar la paz no es tarea fácil, porque por dentro estamos peleando constantemente, es cierto que en el país hay de todo al igual que en otros países y en otras partes del mundo, donde la guerra y la paz están presentes a diario.
Vemos ahora la situación que está viviendo Venezuela, cuando el 23 de enero Juan Guaidó se autoproclamó presidente de dicha nación, luego de que la Organización de los Estado Americanos (OEA) con 19 votos desconociera a Nicolás Maduro como presidente, pues consideraron que las elecciones en la cual fue elegido no se llevaron a cabo legalmente.
Fue así que se decidió buscar la paz en Venezuela, mientras que las organizaciones internacionales buscan solucionar la crisis humanitaria en el país y así poder avanzar en el desarrollo de las personas que ahí habitan.
De manera interna en la política se respira tensión, pues Nicolás Maduro busca encarcelar a Guaidó, como se hizo con el opositar de Hugo Chávez, Leopoldo López, a quien se le acusó de instigación pública. Además de la muerte de dos personas, el proceso estuvo llena de irregularidades, los jueces han señalado que fueron presionados para dictaminar el caso.
Han ocurrido 34 asesinatos y 850 detenidos, así la guerra para buscar la paz en Venezuela
Mientras que Maduro ha dicho que está interesado en el bienestar venezolano, sigue realizando acciones que afectan a la ciudadanía, de acuerdo con la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi), Venezuela presenta un nivel de pobreza de 87% y de pobreza extrema de 61.2%, estos resultados de 2018.

Entonces el camino para mejorar dicha situación se vuelve tediosa, pone en peligro la vida de muchas personas e inclusive podría tener una de las características del holocausto, cuando los opositores con mayor poder asesinan a las que no cumplen con su ideología, lo que se vuelve más peligroso, pues deja de existir la unión entre los pueblos y da paso a que se inicie una guerra donde ellos mismos son sus propios enemigos.
En estos momentos lo que debe hacerse es que como individuos tengamos un espacio de reflexión, haciendo una lista de prioridades y que con ello va la calidad de vida que esperamos tener. En el camino para hacer lo correcto en algún momento las cosas se vuelven relativas y es cuando se da lugar a no tomar las mejores decisiones.
Por lo pronto, me queda claro que debo mejorar mis acciones para no afectar a quienes me rodean, y que mis circunstancias no sean excusa para tomar las decisiones incorrectas y como no somos robots es claro que cometeremos errores, pero que estos sean las menos atroces y no ayuden a inflar la estadística de inseguridad y delitos cometidos en el país.