
El denominador común sigue siendo la vulnerabilidad en la que se encierra a las mujeres, quienes no tienen voz
El feminicidio no debería tener justificación ni intentar culpar a las mujeres que sufren de este tipo de violencia, en que la muerte es el principal ingrediente, todo por motivo del género, dejando sin voz a miles.
¿Es posible hablar por quienes ya no tienen voz? Esta pregunta ha resonando en mi cabeza en múltiples ocasiones, llevándome a profundizar al respecto, y tratando de convencerme de que puedo lograrlo.

“Feminicidio” es un término que probablemente la mayoría ha escuchado al menos una vez en su vida. Es la palabra usada cuando hablamos de la muerte que sufren las mujeres a causa de su género.
Tristemente, nuestro país está lleno de este tipo de crímenes, es parte de nuestra realidad y una de las múltiples problemáticas que sufrimos día a día. De 2015 a 2017, las procuradurías o fiscalías estatales en el país registraron mil 640 carpetas de investigación por el delito de feminicidio en México. Y el año pasado no ha sido la excepción en la abundancia en feminicidios, inclusive ha sido denominado como “2018, el peor año para ser mujer o niña”, pues las cifran han ido en aumento.
Un feminicidio puede ser perpetuado por alguien del sexo opuesto o también del mismo, ya sea alguien extraño, conocido, pareja e incluso familia, no hay una regla cuando se trata de asesinar. Sin embargo, las causas abundan: odio, misoginia, venganza, dependencia emocional, machismo, represión, crimen organizado, trastornos no superados, mal manejo de las emociones y un sinfín de particularidades que tiene cada caso. Pero el denominador común sigue siendo la vulnerabilidad en la que se encierra a las mujeres mediante un sistema patriarcal que nos está matando.
Cada víctima es diferente, cada historia también, pero en este tipo de situaciones suele incluirse la tortura, las amenazas, la violencia, el acoso sexual, pederastia, violaciones…
¿Prevenirlo o solucionarlo?
Te sugieren cambiar tu forma de vestir, de actuar o de expresarte. Tu estilo no es razón suficiente para privarte de la vida, no tendrías por qué cambiarlo, hacerlo no te exenta de que esto te pase, porque a veces es difícil determinar en qué momento, lugar o situación estás en peligro.

Se habla mucho de que hay maneras en las que te expones a que esto te ocurra, pero pocas veces recuerdan mencionar que hay mujeres que han sido asesinadas en su propia casa por la persona más cercana e inesperada que pudieras imaginar. El feminicidio no debería tener justificación o intentar culpar a la víctima por cosas tan vanas como la ropa que llevaba puesta o la hora en que salía. El respeto a la dignidad humana y a la vida es algo mucho más inmenso e importante que eso. Una violación, un feminicidio o la violencia nunca es culpa de quien la sufre.
Considero que la prevención existe, una de las maneras en que podemos llevarla a cabo es con el poder de la educación, brindando información sobre el tema, dejando de normalizar los homicidios, fomentando los valores y la sensibilidad ante este tipo de hechos. Generar acciones compensatorias e ir disminuyendo las desigualdades de género, que tristemente nos violentan más a las mujeres.
#NiUnaMás
Ahora tengo la certeza de que sí, puedo hablar por las que tristemente hoy ya no están, las que ya no tienen ese gran e increíble poder al cual yo le llamo voz.
Hablar por quienes fueron despojadas de sus derechos, de su libertad, de su paz, de la vida. Hablar para que este país se convierta en una mejor nación y para que muchas más personas lo hagan junto conmigo.
Nada puede compensar la pérdida de una vida humana, ni la condena más larga, ni la pena más grande. Sin embargo, la justicia es una maravillosa herramienta que nos permite que estos crímenes no queden impunes.
La búsqueda, aplicación y lucha por las leyes, es algo que nos compete a todos, hombres, mujeres, sin importar nuestra edad, condición, mentalidad o diferencias, debemos informarnos sobre todas estas decepcionantes situaciones que ocurren en nuestro país, solamente abriendo nuestros ojos y nuestras mentes, aceptando la realidad en vez de evadirla y tomando acciones para que ésta pueda cambiar, es que lograremos un México más seguro, positivo y justo.
Alcemos la voz por quienes ya no la tienen, y luchemos con firmeza para que #NiUnaMás se convierta en una realidad para todas.