
Como cada año se realiza el concurso Laureano Muñoz, el cual abre un espacio de opinión para estudiantes de educación media superior, uno de los ensayo finalistas, fue el de Ximena Zedillo Torres, quien es alumna de Colegio de Bachilleres plantel 1 y participó con el seudónimo Solemne, con el ensayo titulado La constitución como producto de la cultura Popular.
100 años de la Constitución Mexicana: derechos Humanos y reflexiones
Cuando se habla de la constitución se entiende que es un conjunto de normas sociales, normas que diferencian las conductas correctas y aceptables de las que no lo son dentro de una sociedad. La constitución en México surge como el reconocimiento de los derechos destinados a proteger a las clases sociales, en 1917 los mexicanos plasman en un documento los ideales que pretende cumplir como nación y de ahí parte mi duda, ¿La constitución define a los mexicanos o los mexicanos definimos nuestra constitución?
La Constitución como producto de la cultura popular
Nuestra constitución tiene un origen popular, como mexicanos hemos sido capaces de escribir un conjunto de leyes, mediante las cuales se otorgan y se delimitan los derechos de la población con el objetivo de mantener un orden.
Siendo así, solo podemos mantener un orden cuando este ya existe, la Constitución no es una invención civilizadora, sino que es el producto de una civilización ya surgida que se ha dado cuenta de que se requiere un conjunto de normas que promuevan ese orden, pero que acepta la crítica bien fundamentada para hacer modificaciones en sí misma.
A mi parecer una Constitución es un espejo de la sociedad, es su esencia, por lo tanto, la Constitución no es en esencia creadora, sino que es creada, prueba de ello son las muchas modificaciones que ha presentado nuestra Carta Magna a lo largo de 100 años, donde según el cambio en las costumbres y las valoraciones que los habitantes les dan a estas costumbres la Constitución cambia como resultado.
La Constitución ideal tiene que cumplir con la función de aspirar a los mejores valores
La Constitución tiene que ser producto de las costumbres adoptadas por la sociedad, un reflejo de la cultura de los mexicanos; pero tiene que cumplir también la función de aspirar a los mejores valores, entendiendo como valores aquellos conceptos de las buenas conductas. Y no solo de mejorarlos, adicionalmente promoviendo que estos se mantengan en constante evolución con un ideal de ciudadanos perfectos, para que como consecuencia la calidad de vida mejore y que las leyes sean un medio y un fin al mismo tiempo: un medio, ya que servirían para evitar la desmejora o decrecimiento de los valores y un fin, ya que las leyes serian el ideal a alcanzar por medio de sí mismas.
Pero si alguien intentara modificar, agregar o eliminar una de las leyes en nuestra constitución, ¿La sociedad se resistiría a este cambio?, ¿Podemos pensar que no nos adaptaremos a estas nuevas condiciones?
Por ejemplo, los argumentos de los movimientos para legalizar o prohibir el aborto, a mi punto de vista deben de analizarse bajo la misma duda, ¿Nosotros como mexicanos moldeamos nuestra constitución o la constitución nos moldea?, en mi opinión ambas son ciertas, la constitución es en esencia producto de la conducta social, pero al mismo tiempo hay una buena cantidad de habitantes que tomarán las leyes y se basarán en ellas para evaluarse, y se resistirán al cambio de este estándar.
Cuando afirmo que la Constitución es el espejo de la sociedad y siguiendo el ejemplo de la legalización del aborto, donde un porcentaje alto de la población está a favor y otro equiparable en contra , si se creara una nueva ley que lo permita, ¿esto querrá decir que todos los mexicanos son personas que decidirán que el aborto es lo mejor?, ¿y qué pasaría si se encontraran en una situación de un embarazo no planeado?, ¿Su primera opción sería abortar?, a mí me parece que no, las leyes son el reflejo de las concepciones de lo bueno y lo malo dentro de la sociedad y les dan a las personas el derecho de elegir. Por ello una ley debe representar siempre los estándares éticos y morales con la que la mayoría de los mexicanos se mide, la legalización del aborto entonces tendría que estar acompañada de una serie de especificaciones que puntualicen en que situaciones está permitido y en cuales no lo está.
La Constitución como parte de la vida de la ciudadanía mexicana
Ahora, como la Constitución es tanto formable como formadora, es creada y creadora, las acciones y las decisiones que se tomen respecto y en torno a ella deberán de tener esas características siempre presentes.
Según mis observaciones el papel que juega la Constitución en la vida de los Mexicanos debe ser un reflejo de sus costumbres y estar ligada estrechamente con ambas condiciones del ser de la constitución (moldeadora y moldeable), como resultado la “cultura constitucional” de los mismos debe de incluir una formación constitucional, ya que, si idealmente esperamos que la Constitución sea moldeadora tiene primero que ser conocida por los mexicanos desde una temprana edad, para que por lo menos se conozcan los ideales que anhelamos. Sin embargo, una cosa es lo que dice el papel y otra muy distinta son los hechos que hablan por sí solos, por ello es necesario trabajar como país para que nuestra realidad cotidiana responda a los mandatos de la constitución.
Por otra parte, es necesario que los mexicanos conozcamos los organismos de gobierno que controlan y regulan los cambios en la Constitución, puesto que en determinado momento se dará el caso de requerir un cambio basado en argumentos sólidos, así los habitantes sabrán a dónde acudir y hacer valido su derecho de libre expresión, dado que la Constitución es un objeto cultural y como tal es modificable. Y esto conllevaría a la necesidad de una buena organización y comunicación entre estos organismos reguladores para garantizar el carácter moldeable de la Constitución.
Dejando en claro que la evolución de la Constitución es algo necesario, sustentando que la Constitución plasma los ideales de la nación, pero en esencia es el resultado de una serie de nociones del bien y el mal que van de la mano con un contexto social es responsabilidad de todos los mexicanos reformar la Constitución periódicamente siempre que sea necesario.