
En Argentina 43 mujeres murieron por abortos clandestinos en 2016: Ministro de salud
La despenalización del aborto significa eliminar esté hecho como conducta delitiva, pues hasta el momento, en los países en que está tipificado, las personas que participan tanto mujeres como personal médico se les castiga con cárcel. Durante los meses de mayo y junio de 2018 el tema ha sido puesto a la mesa de análisis a nivel mundial.
El 25 de mayo en Irlanda se aprobó la despenalización del aborto la cual entrará en vigor a final de 2018; hasta antes de ese momento la ley de este país comparaba la vida del producto con la de la mujer.
Hasta las reformas que entratán en vigor a finales de año, la ley irlandesa era una de las más estrictas, prohibía el aborto aún en casos de violación, incesto, mal formación fetal o riesgo para la salud de la madre.
Tras la despenalización, el aborto será permitido hasta las 12 semanas del embarazo y hasta 24 semanas cuando existan riesgos de salud para el feto o de la madre.
En los últimos 5 años Argentina registró hasta 53 mil mujeres hospitalizadas anualmente por aborto clandestino: Ministro de Salud Adolfo Rubistein
En Latinoamérica, quienes han alzado la voz al respecto es Argentina, donde este día celebran que la iniatictiva para despenalizar el aborto supero el primer paso legal; la Cámara Baja, después de una discusión de 23 horas aprobó con 129 votos a favor y 125 en contra el tema. Sin embargo esta votación no es definitiva, debe pasar una semana para que el Senado de Argentina tomé el tema para discutirlo y de aprobarlo se realizará la modificación legal.
Esta iniciativa propone que el aborto sea legal antes de las 14 semanas sin que haya premisas específicas como son en otros países la violación y peligro de salud de la madre; la iniciativa enfatiza que, si la gestante es menor de 16 años debe expresar su consentimiento libre del hecho.
El ministro de salud de Argentina presentó números duros respecto al tema y expresó que en la “problemática de salud pública 2014 hubo 47 mil 63 hospitalizadas por aborto, además de 44 a 53 mil egresos anuales en los últimos cinco años, así mismo hubo 43 muertes maternas en el 2016” Adolfo Rubistein.
Sin duda el tema del aborto es una problemática social y de salud en la dinámica cultural actual las mujeres que deciden abortar en México son señaladas por su maldad, como delincuentes y reciben odio si el tema es de conocimiento; en la Ciudad de México el aborto es legal pero en el resto de los estados la practica se considera un delito.
El aborto va más allá de la vida sexual de las mujeres, pues tiene que ver con escenarios de violencia que viven, casos donde la mujer fue violada que esto no solamente implica por extraños sino incluso familiares o bien su pareja. En redes sociales mujeres médicas se han pronunciado ante los posibles movimientos que puedan surgir para pedir la despenalización del aborto en México.
En este sentido, la ginecóloga argentina Cecilia Ousset compartió su experiencia trabajando en el sistema de salud tanto en el ámbito público como privado, expresa que nunca estuvo y tal vez no estará de acuerdo con el aborto y por lo cual nunca hizo uno a pesar de saberse la técnica perfectamente y ser muy buena en la realización de legrados.
La ginecóloga compartió que de todas las veces que tuvo que hacer legrados en el hospital para terminar los abortos clandestinos, su récord personal fueron 18 legrados en una guardia, mientras pasaba en los hospitales le tocó ver a mujeres perder la vida por una mala práctica, mujeres que tenían otros hijos.
Le tocó estar en los últimos minutos de vida de las mujeres, compartió la especialista, mientras que los policías les preguntaban: «¿quién practico el aborto, ?, es un delito e irá a prisión»; sin embargo Ousset señaló que nunca escuchó a alguna mujer decir el nombre de quienes lo habían hecho, eran datos que se llevaron hasta la tumba.
La argentina Cecilia Ousset relató que a veces, en los hospitales llevan a cabo abortos con más de doce semanas de gestación y en muchas ocasiones las chicas llegaban con un mal estado clínico, con el útero o el intestino destrozados, egresaban mintiendo que habían levantado algo pesado y empezaron a sangrar.
De las jornadas en las que le tocó estar llegaban chicas con abortos realizadas con perejil, agujas de tejer, permanganato de potasio u oxaprost (tratamiento de ulceras gástricas) en cantidades insuficientes, en la mayoría de los casos eran mujeres jóvenes de escasos recursos, algunas con hijos que habían aguantado las consecuencias de una mala práctica, además de que fueron deshumanizadas y juzgadas.
Después de trabajar en centros de salud públicos empezó sus prácticas en hospitales privados, la otra cara de la moneda, en donde las mujeres pedían aborto por “porque mi mamá me va a matar” “porque me van a correr” “porque mi novio se fué” “quiero terminar mis estudios” “porque me van a correr del trabajo y mi marido se fue de la casa”. En estos casos quienes tenían la capacidad de pagar un aborto, lo hacían en lugares seguros en donde se les garantizaba seguir vivas para llorar y confesarse señaló la ginecóloga.
Después de estas experiencias la argentina señaló que la discusión no es si las mujeres se practican un aborto o no, esto ya ocurre todo el tiempo y por demasiadas y diversas razones.
La discusión está en que mujeres pobres y ricas tengan la misma seguridad clínica, para que quienes son de escasos recursos son mujeres de segunda o tercera categoría y pueden morir a miles, es para que sigan vivas y al igual que las ricas puedan arrepentirse y que puedan tener hijos con alguien que sea capaz de asumir la responsabilidad en conjunto y cuando tengan las condiciones económicas y emocionales para hacerlo.
Estos casos no solamente son exclusivos de Argentina, están documentados en toda América Latina, en donde las mujeres siguen padeciendo de violencia machista y siguen siendo objeto de críticas por lo que hacen y lo que no hacen, críticas que tienen como un objetivo final hacer sumisa a las mujeres de todas las edades. La discusión sobre el aborto no es que todas las mujeres corran a abortar, sino proteger la vida, la salud y la libertad de quienes se ven forzadas a realizarlo, concluyó la ginecóloga Argentina Cecilia Ousset.