
El robo por gasoductos impacta al estado de Chihuahua con 140 mil litros diarios de combustible. Será un delito grave, y sin derecho a fianza, de acuerdo con el presidente López Obrador
Este 1° de diciembre durante su primer discurso presidencial, Andrés Manuel López Obrador, mencionó que durante su administración convertiría en delito grave el robo de combustible y ya no habría más «huachicoleo». Y es que el robo de combustible es algo común en México, desde 2008 a 2017 Pemex ha perdido 14 mil 652 millones de litros de combustible a través del robo por gaseoductos.
Esta problemática se ha concentrado los últimos años en cinco estados: Guanajuato, Puebla, Tamaulipas, Veracruz y Estado de México, con el 72% del total del robo clandestino de 2010 a 2016. Y de estos Puebla es el primero, de acuerdo al reporte presentado por Petróleos Mexicanos (Pemex) al Congreso de la Unión a mediados de 2017.

Se estima que desde 2008 se han encontrado en ductos de Pemex más de 56 perforaciones. De estos ductos de fuga, cuatro de ellos están conectados a una refinería en Guanajuato y dos más a una refinería en Tula. Y se ha determinado que el sexenio de Peña ha sido en el que más se ha robado combustible mediante ordeñas, pues el robo aumentó un 262%.
Sin embargo, estas prácticas ilegales también se presentan en el norte del país en pérdidas mayores, porque según Pemex Logística uno de los gasoductos que va de Madero a Cadereyta, que cruza Tamaulipas, pierde diariamente siete pipas de 20 mil litros cada una, y el ducto ubicado de Gómez Palacio a Chihuahua pierde la misma cantidad, es decir 140 mil litros de combustible al día, un aproximado de 2 millones 914 mil 800 pesos.

Recordando las palabras dichas por el presidente Andrés Manuel López Obrador, respecto a este tema, explicó que «todos nos vamos a portar bien, ese es el acuerdo. De todas maneras estará prohibido y se convertirá en delito grave sin derecho a fianza la corrupción, el robo de combustible, el huachicoleo. Se lo digo a quiénes se dedican a estas prácticas ilegales y a sus familiares. Sobre todo a sus madres que no aceptan que sus hijos cometieron un delito»