
Rwanda transmite un sentimiento difícil, es como si una bomba estuviera a punto de estallar, por tanto silencio y los hechos que marcaron a sus habitantes: Pacifista Flor Yañez
¿Es posible que se reconcilie toda una nación que ha sufrido violencia homicida? con esta pregunta la pacifista Flor Yáñez, empezó a contar su experiencia en Rwanda, donde estuvo realizando investigación en su formación como Promotora de Paz, Yáñez dijo que su visita a aquel país africano contribuyó a su crecimiento espiritual.

A 26 años de una de las peores historias de odio de la edad moderna, actualmente el país de Rwanda apunta a la modernidad, sus ciudades lucen renovadas mientras se esta creando nueva infraestructura, su economía va mejorando y se están implementando programas sociales. Gracias al restablecimiento del orden los rwandeses han recuperado la tranquilidad poco a poco.
Rwanda es uno de los países que inspiró a Flor Yáñez a seguir en el camino de la prevención de la violencia y para ello se concentró en detectar los pasos de odio que llevan al genocidio, actitudes de prejuicio que encasillan a las personas, aceptación de chistes y comentarios que humillan, culpar a las personas por sus rasgos o lugar de origen, la discriminación educacional, acoso por condición social, religión y preferencias sexuales, son las principales conductas que orillan a un comportamiento violento.
Una de las situaciones que marcaron a la pacifista en su visita en Rwanda, fue en uno de los mercados en la ciudad de Kigalli, se encontraba tomando fotografías pero las personas del lugar se incomodaron, incluso le reclamaron, fue entonces que les mostró las fotografías que había tomado e incluso algunas de las personas de ahí le pidieron que las retratará, cambiando totalmente de actitud.
Flor Yáñez dice que el arte como la fotografía, música, danza y la pintura pueden ser una forma de reconciliación y de convivencia que evita diferentes tipos de violencia.
Uno de los genocidios que han marcado la historia ocurrió en 1994, en Rwanda
La mayoría de los países del continente Africano son multiculturales excepto uno, Rwanda, ahí todos son rwandeses hablan inglés y mencionar diferencias de identidad está prohibido.

Antes del año 1994 los rwandeses se dividían en tres grupos hutus, tutsis y twas, más que identidades eran separaciones de clases sociales, los hutus representaban el 85% de la población y se dedicaban a la agricultura principalmente, los tutsis eran el 14% , tenían mejor posición social y los twas representaban solo el 1% de los 7 millones de habitantes.
En 1950, Rwanda se volvió una colonia Belga, creyeron que la mejor manera de administrar el territorio era separar a las personas, fue entonces que los hutus ganaron poder por ser mayoría.
En 1959 hubo un acto violento efectuado por hutus en el cual murieron cientos de tutsis y comenzaron los desplazamientos forzados a países cercanos, a esto se le denominó “Revolución campesina hutu”, duró tres años intensificando la tensión entre los grupos.

Años más tarde, Rwanda obtuvo su independencia y 120 mil tutsis buscaron refugio en países cercanos, los refugiados en Tanzania y Zaire comenzaron a organizarse para recuperar sus vidas en su país de origen, fue entonces cuando prepararon ataques contra hutus, de 1962 a 1967 ocurrieron diez ataques por parte de lo tutsis, provocando con ello que los hutus matarán a un considerable número de tutsis inocentes.
Al final del año de 1980 sumaban 480 mil rwandeses refugiados, principalmente en países como Burundi, Uganda, Zaire y Tanzania. En 1988 se fundó el Frente Patriótico Rwandes (FPR) integrado por tutsis exiliados en Uganda, el movimiento tenía como objetivo volver de nuevo a su país pero el gobierno no aceptó porque no había espacio para tantas personas.
El primero de octubre de 1990 la FPR lanzó un ataque en contra de Rwanda desde Uganda, propiciando que el gobierno rwandés acusara a todos los tutsis como cómplices del movimiento y los medios de comunicación, en especial las radiofusoras, comenzaron a difundir rumores sin fundamento en contra de los tutsis agravando la situación.
Tres años más tarde en agosto de 1993, la Organización de la Unidad Africana y los gobiernos de la región en su esfuerzo para restablecer el orden firmaron el acuerdo de paz de Arusha, este parecía el final de la guerra rewandesa, pero no fue así, los hutus extremistas planeaban un ataque en contra de los tutsis y los hutus que no los apoyaban.
Fue hasta el 6 de abril de 1994 cuando el conflicto se deterioró, debido a la muerte de los presidentes de Burundi y Rwanda en un accidente aéreo provocado por un cohete, tal evento marcó el inicio de un brutal genocidio.

Fuentes: losdeabajoalaizquierda
El 7 de abril la radio y la televisión libre de Mille Colline (RTML) comenzaron a hacer responsable a la FPR y a un contingente de las Naciones Unida por la muerte de los presidentes, incitando con ello a eliminar a los tutsis, ese mismo día asesinaron a la primera ministra Agathe Uwilingiyimana y a los miembros de la fuerza de mantenimiento de la Paz Belga que la protegían, por los hechos Bélgica decidió retirar al resto de sus soldados.
El 21 de abril otros países solicitaron el retiro de sus fuerzas y la Misiones de Asistencia de las Naciones Unidas a Rwanda (UNAMIR) redujo sus efectivos de 2 mil 165 a 270, la situación se complico y la respuesta internacional era nula, mientras que el apoyo de las Naciones Unidas era limitado.
Durante los cuatro meses que duró el genocidio, se estima que fueron arrebatadas más de un millón de vidas, niñas, niños, mujeres y hombres inocentes; fueron violadas entre 150 y 250 mil mujeres. El 22 de junio el Consejo de Seguridad autorizó que las fuerzas dirigidas por Francia ejecutarán una misión humanitaria llamada “Misión turquesa”, el cual salvó la vida de miles de personas, pero fue hasta el 4 de julio de 1994 que las matanzas cesaron cuando la FPR logró el control del territorio rwandes.
Los hechos ocurridos en Rwanda muestran un escenario donde el poder y la intolerancia ciegan a las personas, los llevan a cometer actos atroces en contra de sus hijos, familia, vecinos o las personas que viven en su entorno.
Memoria y tolerancia es un museo que cuenta la historia de una manera solemne permitiendo la reflexión sobre la importancia de la paz

Fuente: myt.org
Como parte de la reconciliación y la contribución a la paz, Rwanda cuenta con un museo llamado Memoria y Tolerancia, está ubicado en la ciudad de Kigali, cuenta con cuatro áreas, la primera es la representación del país antes del genocidio, la siguiente habla acerca de la planeación y la ejecución del genocidio, la tercera parte cuenta las consecuencias de los hechos de 1994, mientras que la última sala guarda los restos de 250 mil personas fallecidas.

Fuente: notreafrik
El objetivo del museo es presentar los hechos de manera solemne creando un ambiente de esperanza y reflexión, enalteciendo la memoria de las víctimas para nunca olvidar su sufrimiento, de esta manera se abre camino a nuevas formas de convivencia creando conciencia y mostrando que el odio no tiene más sentido que destruir y acabar con la tranquilidad, armonía y paz, se hace clara la idea que las diferencias y el diálogo llevan al desarrollo y al crecimiento personal.