
En la ciudad de Chihuahua se pierde en fugas el 20% del agua potable disponible para el consumo de la ciudad, es decir, 20 millones de metros cúbicos anualmente, debido a las tuberías con más de cien años, además de malas prácticas y falta de cultura de pago.
Colaboración: Enrique Romero Martínez
Tras una investigación de cuatro años sobre el desabasto de agua en la ciudad de Chihuahua, el antropólogo Enrique Romero presentó un amplio estudio que presenta aspectos importantes para poder resolver el problema de la falta de agua en la ciudad. El descubrimiento más significativo, es que este desabasto no se debe a cuestiones naturales de sequía, sino a acciones humanas, sociales y culturales que podrían superarse.
En colaboración para Difusión Norte, el Antropólogo Romero Martínez expone hallazgos importantes de su investigación, que explican el desabasto como el desperdicio y robo del agua que contribuyen a una distribución inequitativa del vital líquido.

Romero Martínez expone que la constante presión aplicada a las tuberías para rebombear el agua es debido al desmedido crecimiento de la mancha urbana en los años 80’s, dañó gradualmente las tuberías en mal estado generando fracturas, lo que desembocó en la pérdida de agua potable por las fugas, un problema que hasta la actualidad persiste.
Se perforaron nuevas fuentes de abastecimiento para resolver esa situación emergente, sin embargo, la falta de presupuesto para dar mantenimiento a la infraestructura provocó gradualmente que las tuberías viejas, con más de 100 años, no se sustituyeran al ritmo necesario causando el actual problema de fugas que crea un derroche de agua para la ciudad.
Cerca de cien fugas mensuales son contabilizadas en la ciudad que representan la pérdida de 20 millones de metros cúbicos de agua potable por año y mil litros por segundo. Esto significa la pérdida del 20% de agua potable para la ciudad. Aunado a esto, en la ciudadanía se comenzaron a generar prácticas que contribuyeron a acentuar el problema del desabasto que más adelante en éste artículo mencionaremos.
A partir de estos datos debemos reflexionar en las prácticas sociales y culturales que han construido el desabasto de agua. Como primera reflexión, podemos mencionar que la falta de presupuesto para mantener la infraestructura es generada por dos grandes causas. La primera: falta de mecanismos o estrategias económicas que regulen la oferta y la demanda de agua es la razón por la que las poblaciones sobrepasan las capacidades de los gobiernos locales para gestionar el servicio.
El 70% de los usuarios tiene algún adeudo o no paga el servicio de agua potable.
La segunda causa de la falta de presupuesto es generada por una cultura de no pago de las tarifas por parte de los ciudadanos. Al respecto, en un censo reciente dado a conocer a través de los medios se refleja que el 70% de los usuarios tiene algún adeudo o no paga el servicio de agua potable.
Otras prácticas muy frecuentes relacionadas con el desabasto son: recurrir a tomas clandestinas, las cuales también generan una pérdida de agua potable y repercuten en la distribución no equitativa del recurso hídrico, actualmente hay alrededor de 90 tomas clandestinas se encuentran diariamente.
La cultura de no ahorro representada por el consumo desmedido provoca que la demanda de agua sea insostenible, principalmente en temporadas de verano. Al respecto, diferentes estudios realizados por la Junta Central de Agua y Saneamiento (JCAS) muestran que el chihuahuense promedio gasta 300 litros de agua per cápita, sobrepasando el consumo en otras partes de la república en donde la disponibilidad de agua es mayor.