
Tras la exposición de la obra artística «Tendedero», próximamente habrá un protocolo para tratar la violencia de género en la UACH
Desde 2017 la artista visual y feminista Erika Rascón, quien también es maestra de la materia Arte, género y violencia, reactivó una de las obras de la artista Mónica Mayer denominada «Tendedero», la cual consiste en que las mujeres coloquen sus experiencia de acoso de manera anónima en un tendedero, estas hojas contienen 4 preguntas que fueron adecuadas para el espacio en el que se realizan.

Para darle seguimiento al «Tendedero», la artista chihuahuense Erika Rascón, en 2018 reactivó la obra en conjuntos con sus alumnas Yuriko Anchondo, Natalia Valles, Fernanda Ceniceros y Andrea Portillo, y el alumno Luis Fernando. En ese momento para darle mayor profundidad a la obra las preguntas eran respecto al acoso que se sufría del transcurso de la casa a la escuela o dentro de las facultades, del campus 1 o 2 o violencia dentro de sus casas. El proyecto fue colocado en los jardines de la Facultad de Artes, Filosofía, Derecho, Ciencias Políticas, Ingeniería y Ciencias Químicas.
El promedio de denuncias es de más de mil, y en cada una de las facultades se llegaron a recoger de 150 a más de 200 denuncias, esto en un lapso de 3 horas, de acuerdo con Erika Rascón. Después de esta exposición se realizó un análisis de la información desde las alumnas que decidieron poner el nombre de sus victimarios, así como sus nombres o matrículas. A partir de este ejercicio se propició la necesidad de un protocolo para atender la violencia de género dentro de la Universidad Autónoma de Chihuahua.
El tema del acoso genera cierto temor en el entorno universitario
Desde 2017 hasta la fecha, Erika Rascón, indicó que cada vez hay más apertura para este tipo de actividades y de hablar sobre el tema que es una situación velada dentro de los centros educativos o espacios académicos. Y a pesar de que el tema del acoso o el de violencia de género en ocasiones genera cierto temor en el entorno universitario, los espacios se siguen abriendo poco a poco.

Explicó cómo se pueden detectar el acoso o la violencia, que es toda acción que incomoda, ya sea una palabra que pueda hacer sentir mal o el tono o la manera en la que es dicha, así como una mirada que tiene una intención más que solo la de observar, es decir, la mirada lasciva.
La exposición «Tendedero» seguirá moviéndose dentro de las facultades, se espera que en la última semana de marzo, que va del 25 al 29, se reactive en las facultades de Artes y Filosofía para seguir recogiendo las denuncias de la comunidad universitaria del Campus I.
El acoso en la Facultad de Artes es sutil: Yuriko y Andrea
En entrevista con las alumnas que forman parte de la actividad “Tendedero”, expresaron que sumarse a ella es una dualidad, primero por la felicidad debido a la respuesta que hay, pero también es triste por las razones por las que se realiza, pues significa que las mujeres tendrán que seguir luchando para ser dignificadas en cada espacio.

Las alumnas, comentaron que desde su experiencia con «Tendedero» en 2018 la mayor sorpresa que se llevaron fue en la Facultad de Derecho, pues en menos de tres horas los tendederos se llenaron tanto que tuvieron que ampliarlo. El resultado final fue de 298 respuestas, haciéndolo uno de los lugares donde las alumnas regresaban a la exposición con más personas para participar. Situación que no ocurrió en otras facultades.
Una de las situaciones no gratas fue la que vivieron en la Facultad de Ciencias Políticas, ya que a través de un programa de radio, los locutores comenzaron a hacer bromas sobre el tema de acoso o de la violencia de género, y en general algunas de las respuestas quienes participaron usaron el espacio para hacer bromas. Sin embargo, a pesar de no ser respuestas serias, las alumnas de Artes dijeron que éstas eran un parámetro de cómo se encontraba cada facultad sobre el tema de violencia de género.
Tanto Yuriko Anchondo como Andrea Portillo, contaron que trabajar con la obra ha sido difícil, pues las denuncias demuestran desde el grado de aceptación que se tiene cada persona, así como los casos muy complejos de violencia de género.
Ellas como estudiantes de la Facultad de Artes, mencionaron que a pesar de que ésta era una escuela “humanista”, el acoso y la violencia de género existen pero de manera muy sutil, donde inclusive los profesores han buscado entrar más en sus vidas personales o hacer comentarios machistas sutiles casi imperceptibles juzgándolas por su manera de vestir o la manera en que socializan, es por ello que con obras como el tendedero se busca que la comunidad estudiantil, personal administrativo y docentes verdaderamente se cuestión sobre sus actitudes, recalcaron.