
La estigmatización de los trastornos mentales evita que las personas acudan a servicios de salud mental: OMS
En octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental, que tiene por objeto generar conciencia sobre los problemas relacionados con la salud mental y movilizar esfuerzos para ayudar a mejorarla. Bajo este fin la OMS revela estadísticas mundiales sobre los trastornos mentales y la dificultad del acceso a la atención de salud mental.
En el área de trastornos mentales se ha visto que la juventud es un sector muy afectado, pues estas afecciones representan su segunda causa de muerte en el rengo de edad de 15 a 29 años. Además se estima que el 20% de la población infantil y adolescente en el mundo padece algún tipo de trastorno.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), los trastornos mentales se caracterizan por una combinación de alteraciones del pensamiento, percepción, emociones, conducta y relaciones con los demás. Entre ellos se incluyen la depresión, el trastorno afectivo bipolar, la esquizofrenia y otras psicosis, la demencia, las discapacidades intelectuales y los trastornos del desarrollo, como el autismo.
Países de ingresos bajos cuentan con un psiquiatra por cada 1 a 4 millones de personas
Cerca de la mitad de los trastornos mentales se manifiestan antes de los 14 años y los trastornos neurosiquiátricos figuran entre las principales causas de discapacidad entre la juventud, de acuerdo con la OMS. Sin embargo, en países que tienen mayor población menor a 19 años disponen de menos recursos de salud mental, lo que limita las posibilidades de una detección temprana.
La mayoría de los países de ingresos bajos y medios cuenta con solo un siquiatra infantil por cada millón a cuatro millones de personas. La identificación precoz y el tratamiento eficaz son fundamentales para garantizar que pacientes reciben la atención que necesitan.
Sin embargo el escenario de salud mental muestra una gran escasez de siquiatras, enfermeras siquiátricas, sicólogos y del área de trabajo social, especialmente en los países de ingreso bajo y medio, esto reduce la capacidad de ofrecer un tratamiento. Los países de ingresos bajos cuentan con 0.05 siquiatras y 0.42 enfermeras siquiátricas por cada 100 mil habitantes, mientras que en los países de ingresos altos la tasa de los siquiatras es 170 veces mayor y la de las enfermeras es 70 veces mayor.
Para que aumente la disponibilidad de servicios de salud mental, explicó la OMS, hay que superar cinco obstáculos clave: la no inclusión de la atención de salud mental en los programas de salud pública y las consiguientes consecuencias desde el punto de vista de la financiación, la actual organización de los servicios de salud mental, la falta de integración de la salud mental en la atención primaria, la escasez de recursos humanos para la atención de salud mental y la falta de iniciativa en el terreno de la salud mental pública.
Los recursos financieros que se necesitan para que aumenten los servicios son relativamente modestos. Los gobiernos, los donantes y los grupos que representan a los agentes de salud mental, los enfermos mentales y sus familiares tienen que trabajar de consumo para que aumenten los servicios de salud mental, sobre todo en los países de ingresos bajos y medios. Los recursos financieros que se necesitan son de 2 dólares por persona al año en los países de ingresos bajos y de 3 a 4 dólares en los de ingresos medios.
El desconocimiento y la estigmatización que rodean a las enfermedades mentales están muy extendidas. Pese a disponer de tratamientos eficaces, existe la creencia de que no es posible atender los trastornos mentales, o que las personas quienes los padecen son difíciles, poco inteligentes o incapaces de tomar decisiones. Esa estigmatización puede dar lugar a malos tratos, rechazo y aislamiento, y privar a aquellas afectadas de atención médica y apoyo. Dentro del sistema de salud es muy frecuente que este tipo de pacientes reciban tratamiento en instituciones que se parecen más a almacenes humanos, que a lugares para curarse.