Cultura

Cómo se vive en una tierra sin ojos: Dom Svih

Ensayo ganador del Concurso de Ensayo Filosófico Juvenil Laureano Muñoz, con el tema Utopía ¿Cómo sería tu república ideal?, escrito por Nayar Alejandro Olague Aceves  con el pseudónimo Merak.

Para empezar, hay que entender el significado y origen del nombre de mi utopía: “Dom Svih” proviene del idioma serbio y significa “hogar para todos”. Es una tierra donde la diversidad, respeto y tolerancia prosperan sobre los hombres.

No hay distinciones: musulmanes, budistas, hombres, mujeres, capitalistas, socialistas, heterosexuales u homosexuales, sólo son etiquetas incapaces de calificar al hombre

15293384_10154784051494839_912717018_oTodo ser humano es libre y aceptado, sin importar sus gustos, creencias u origen, lo único que lo califica como bueno o malo es su trato hacia el prójimo, la naturaleza o a sí mismo. “Tierra sin ojos” es una analogía que se refiere a un ciego interactuando con los demás: no los puede ver, su único interés social es conocer a las personas como en realidad son, más allá de su imagen.

El principio fundamental de la sociedad de Dom Svih es la diversidad y tolerancia. Desde pequeños, los habitantes son educandos en conceptos de religiones como el hinduismo, budismo, cristianismo (tanto catolicismo como bautismo y evangelismo), el taoísmo, el judaísmo, el islam e incluso el ateísmo, además de tomar conceptos espirituales de otros grupos humanos.

El objetivo de esto es darle al individuo una visión más inclusiva acerca del mundo y la espiritualidad, sentirse uno con el planeta y la naturaleza, que busque un crecimiento el cual no puede ser cuantificado debido a que es intangible, invisible e incomprensible desde los ojos mundanos.

Aunque se les educa en conceptos espirituales, la religión no toma control de la educación

Los padres pueden introducir a sus hijos acerca de la religión que profesan, más no pueden imponerla; pueden hablarle de su deidad, como viven su espiritualidad y porqué decidieron vivirla, pero el niño es quien decide en su madurez que creer o no y cómo creerlo.

15293282_10154784051489839_411199027_oHay que aclarar que, aunque se les educa en conceptos espirituales, la religión no toma control de la educación, ya que no se les obliga a seguir ninguna de éstas y los líderes de templos no pueden decidir que enseñar o no a los alumnos; todo individuo es libre de profesar o no cierta religión bajo sus propios conceptos con la única limitación de respetar a los demás individuos. De ésta forma, los temas religiosos dejan de ser tabú.

La educación debe enseñar a los individuos a relacionarse con los demás, a cuestionar pero también a aceptar

La educación no se limita solo a enseñar, va más allá de sentarse en un salón y seguir las instrucciones del maestro. Para los domsvihanos, la educación tiene que invitar al individuo a buscar el conocimiento por sí mismo, darle medios para expresarse, inspirarlo a explorar el mundo, tener una visión abierta acerca de cualquier tema, saber relacionarse con los demás individuos, a cuestionar pero también a aceptar. La vocación del maestro debe ser encaminar al alumno a tomar el control de su vida y ser una persona de bien que guste de ampliar sus horizontes.

Hay al menos 8 tipos de inteligencias: lógica (relacionada a las matemáticas), lingüística (la expresión oral y escrita), musical, espacial (pensamiento en tres dimensiones), naturalista (el amor al medio ambiente), corporal (el uso del cuerpo para resolver problemas), interpersonal (hacia los demás) e intrapersonal (hacia uno mismo).

En Dom Svih, se cree que estas inteligencias funcionan como un todo y que es inútil obligar a los individuos a que desarrollen los dos mismos tipos de inteligencias por los mismos métodos, sería como intentar enseñarle un pez a caminar y se limitaría el potencial tanto personal como social de cada cual.

Los primeros doce años de su vida los individuos son educados en todas ellas; con la llegada de la pubertad son más visibles sus inteligencias más desarrolladas y su forma de aprendizaje, adoptando el método de enseñanza adecuado para cada alumno y buscando que coseche las habilidades de mayor potencial que tenga y las que él como individuo quiera mejorar.

Se les educa con el concepto de una postura ecléctica, donde ellos se generen un criterio de lo que es verdad y lo que no, pero siendo capaces de aceptar sus errores y el hecho de que todos pensamos de manera distinta. Se toman métodos distintos, de posturas diversas y enfoques amplias acerca de cada tema, mostrando que sus diferencias no las hace necesariamente incorrectas ya que percibimos el mundo de forma distinta a los demás; con el tiempo ellos tendrán la capacidad de decidir si algo es verdadero o falso desde su propia perspectiva.

Los principales valores dentro de la educación domsvihana son: amor, respeto, tolerancia, diversidad, solidaridad, servicio y honestidad, tanto al hombre como a la naturaleza. El domsvhiano es una persona que busca el conocimiento interno y externo, con ansias de aprender sobre su entorno y los seres que lo rodean; es justo, inclusivo y creativo, pero también puede ser lógico y calculador. Se interesa en el mundo, los distintos hechos y fenómenos que acontecen en el Universo, las ciencias, artes y pensamiento, pero también dedica tiempo a su medio interno: descubrir que lo hace feliz, cuál es su vocación y como ser mejor persona cada día.

En Dom Svih, la “familia” es todo grupo social donde las relaciones estén basadas en amor, respeto, apoyo mutuo, tolerancia y diversidad.

El concepto de amor y familia es distinto ahí en comparación a otras culturas, pues el amor no se limita a lo romántico y las familias son más que un vínculo sanguíneo, son todo grupo social donde prevalezca la solidaridad, el amor, el respeto y la tolerancia. Un miembro de tu familia puede ser tu vecino, tu amigo, tu tío, tu hermano, tus padres, incluso tu perro.

El amor es aquello que nos hace desear la prosperidad a los demás, una fuerza extremadamente poderosa de la cual surge todo lo bueno y bello en este mundo; es invisible, incomprensible, espontaneo e incondicional, no es egoísta pero es importante también amarte a ti mismo, sentirte bien con lo que haces y lo que deseas hacer, el amor es lo que inspira a las personas a servir a los demás, buscar lo que los hace felices, hacer del mundo un lugar más justo y misericordioso.

Se puede decir que, simplemente por su forma de pensar y la forma en que llevan a cabo sus relaciones, Dom Svih es una gran familia, una comunidad basada en el amor al prójimo. El amor al prójimo (todo ser viviente ya sea animal o vegetal que conviva en su mismo entorno) es la piedra secular de su sociedad. Si alguien tiene menos de lo que necesita, los demás compartirán lo que les sobra para ayudarlo; si alguien recibe un trato injusto los domsvhianos serán sus defensores.

La economía en Dom Svih ha avanzado al punto de no necesitar moneda o divisas, los habitantes descubrieron que el tener un mayor potencial adquisitivo que los demás podía corromper el alma y crear una falsa necesidad de obtener objetos materiales superfluos para nuestro bienestar (Tolstoi, 1973). Para lograr esto, los jardines han sido sustituidos por huertas urbanas y particulares con el objetivo de reducir el trabajo en el campo y fomentar el desarrollo sustentable, todos cosechan para el consumo propio y utilizan métodos orgánicos como la rotación de cultivos, abonos naturales y los frutos por temporada; toda la cosecha es almacenada en grandes invernaderos donde los domsvhianos van a abastecerse: un domsvhiano puede recoger un máximo de 2400 calorias en alimentos por persona, lo ideal para una persona madura. Ésta regla solo varia en caso de que un médico diagnostique objetivamente si alguien necesita una mayor cantidad de calorías para tener una dieta sana o que por motivo de una gran festividad o fecha de importancia sea permitido aumentar la dosis de alimentos.

Existe la ganadería, pero se tiene un gran respeto por la fauna y la flora, por lo que pareciera que el ganado vive libremente por la ciudad y se respetan las cadenas alimenticias para evitar la sobrepoblación de cierta especie; además, con tanta producción de vegetales, la gente casi no come carne (moro, 2008).

Dom Svih no guarda su cultura para sí misma, hay humanistas, artistas y filósofos que han salido a compartir su arte y forma de pensar con el mundo, pero no permite la entrada a otras naciones para evitar que estas se aprovechen de su riqueza. En caso de necesitar negociar con otras naciones, les ofrecen materiales de valor para países exteriores pero innecesarios en Dom Svih  (como el oro y la plata) a cambio de la materia que necesiten de ése lugar, pero esto casi no sucede.

Utilizan fuentes de energía alternativa como el sol, el flujo de los ríos y la fuerza del viento, la cual solo utilizan para iluminar las calles y casas y tener medios de comunicación con otros lugares, han logrado las conexiones totalmente inalámbricas a través de fotones de luz (li-fi perfeccionado), solo las utilizan para conseguir cierta información que no esté dentro de su biblioteca o para ampliar la misma. Hay gente que se dedica a darle mantenimiento a estas fuentes y buscar la manera de contaminar en la menor medida sin perjudicar su modo de vida.

Los domsvhianos se rigen por un sistema político novedoso basado en uno que data de la antigua Grecia: lo llaman “nueva democracia” la cual combina la democracia directa con la representativa. Éste sistema surge con la necesidad de tener un gobierno para el pueblo, pero que fuera eficaz en la toma de decisiones. Para que el sistema funcione, tiene que declararse imperfecto para irse mejorando con el paso del tiempo.

Son pacifistas y resuelven todos sus problemas mediante el diálogo, por lo que no necesitan ejército.

Una vez escogida la solución, se selecciona un grupo selecto de ciudadanos de las 3 generaciones, caracterizados por ser justos, sabios e innovadores para supervisar que se aplique adecuadamente la enmienda y hagan pública cualquier inconsistencia, además de buscar soluciones en caso de fallas.

El mediador es un ciudadano como los demás, que recibió cierta capacitación y es escogido y propuesto por los habitantes una vez que el anterior deja el puesto. De nuevo, no posee ningún poder sobre la ciudadanía más que el de mantener el orden en las reuniones y dar su opinión acerca de las posibles soluciones tanto del lado positivo como el negativo.

Para convertirte en ciudadano de Dom Svih tienen que asegurarse, mediante pruebas de conducta, si eres capaz de aceptar la forma de vida conforme a los valores de amor, tolerancia, libertad, respeto, diversidad, solidaridad y justicia.

Los domsvihanos tienen la libertad de salir, pero los externos entran con dificultad por estar acostumbrados al materialismo y consumismo actual. No quieren aislarse del mundo, pero tampoco quieren que el mundo se aproveche de ellos, por lo que Dom Svih es casi un secreto para el exterior: los pocos externos que saben de ésta ciudad-nación son viajeros de Dom Svih o invitados extranjeros por locales.

Dom Svih  es una ciudad culturalmente rica, con artistas y músicos de calidad, sabios filósofos, geniales científicos y talentosos escritores, un gran patrimonio cultural e increíbles paisajes. Hay músicos callejeros todas las noches, artistas coloreando los muros, acróbatas y poetas. También hay eventos grandes como conciertos y actuaciones en vivo abiertos a todo público.

Los domsvihanos tienen un especial gusto por la lectura y una gran biblioteca pública, ellos creen que los libros son una riqueza que debe ser compartida y no poseída.

Recorrer los paisajes es una de las mejores experiencias que cualquier humano puede vivir, es un gran espectáculo visual al mismo tiempo que una genial aventura. En Dom Svih solo te puedes mover a pie, en bicicleta o a caballo, los caminos están en perfectas condiciones, por lo que es un gran pasatiempo.

Su acceso con la música del exterior han sido los acetatos: sus habitantes provienen de todo el mundo, por lo que poseen una gran cantidad de ellos y con mucha variedad.

Hay tabernas y centros sociales donde la gente puede comer, beber y dialogar con otros. El relacionarse con otras personas es el mejor entretenimiento para ellos porque les gusta hacer amigos, conocer nuevas personas y nuevos puntos de vista, pasear acompañado y tener una buena conversación es como un alimento para el alma. El deporte también es una actividad común, hay competencias pero no hay premio alguno, pues el objetivo es la convivencia entre los deportistas y pasar un buen rato con otras personas.

Después de leer acerca de ésta ciudad utópica y compararla con otras de otros autores, es posible que encuentren razones para decir que no es perfecta, y están en todo lo correcto. Hubiera sido más sencillo crear una sociedad con seres perfectos o tan avanzados que rocen con la perfección, pero nunca quise eso. Quería crear una comunidad que fuera hecha para los humanos, donde puedan ser quien ellos quieran y busquen la felicidad antes que la perfección; para creernos tan inteligentes hemos sido bastante estúpidos las últimas décadas: nos destruimos, dañamos nuestro hogar y nos escupimos en la cara solo para obtener lo que deseamos. Mi pequeño mundo de papel no podía ser así.

La diferencia entre perfección y felicidad radica en que una vida perfecta seria no tener complicación alguna, lo que la haría aburrida; en cambio, una vida feliz es comprender que pasaran cosas buenas y malas, en veces todo parecerá estar de cabeza, pero no importa porque estamos aquí, con vida, aprendiendo y podemos sobrellevar los retos del día a día. La búsqueda de la felicidad nos da un sentido de vida.

Es más tonto el que escoge la perfección sobre la felicidad verdadera, una vez que ya no sea necesario cambiar nada se habrá perdido el sentido de nuestras vidas, estaremos estancados pensando que todo está bien. Huxley en su utopía drogaba a los habitantes para evitar que dañaran el sistema, se quedaban estáticos y no hacían nada con su vida, no querían mejorar, yo quiero que mis ciudadanos tengan libertad, pero que sean conscientes del derecho a la libertad de los demás, su única limitación. (Huxley, 1999)

El sistema de Dom Svih tenía que ser tan humano como sus habitantes para poder mejorar con el paso del tiempo, habrá muchos tropiezos pero siempre encontrarán el camino, tendrán a alguien que les de la mano cuando necesiten y nadie podrá estar encima de nadie, una ciudad hecha por humanos para los humanos.. La única ley necesaria es amar a todas las cosas como si de ti se tratara: ya no habrá violencia, hambre, pobreza o miedo porque irremediablemente sentiremos la necesidad de ayudar al necesitado y será un deseo tan fuerte que terminaremos haciéndolo.

Ésta no es una utopía como otras, la perfección es frágil e irreal, la menor reacción la tumbaría por completo; el querer dar lo mejor de sí cada mañana es lo que hará a ambos mundos, Dom Svih y el nuestro, prosperar.

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